El Síndrome de la Dictadura

Es el contagio que afecta a los funcionarios de algunas representaciones diplomáticas españolas ubicadas en países no democráticos. Los funcionarios pierden la inmunidad democrática y llegan a simpatizar con las prácticas propias de funcionarios xhamster de las dictaduras. Esta simpatía llega hasta tal extremo que, de hecho, no se distingue en la práctica entre el funcionamiento de los funcionarios de la administración exterior y los de la administración local. Es más, da la impresión de que los funcionarios de algunas embajadas son parte de la administración local.

El ejemplo más palpable de este síndrome se da en la Embajada de España en Guinea Ecuatorial, en Malabo y en Bata.

El funcionamiento de la Embajada poco tiene que envidiar al de la administración local. Es más, en algunas cosas deben aprender de la Administración hentai guineana.

La corrupción galopante es una de las enseñas que ondea ostensiblemente en la Embajada.

El tribalismo discriminatorio caracteriza las decisiones o resoluciones de los funcionarios.

El tráfico de visados es una realidad incuestionable lo mismo que el tráfico de «cartas de llamada» generado por una política de concesiones que beneficia a los peces gordos y a los adinerados.

Con total arbitrariedad, los funcionarios dictan la ley, las normas y las trampas. El Derecho que aplican se basa exclusivamente en lo «oficioso», en normas y criterios siempre oficiosos, amparados por la ley española que les otorga amplias facultades incontrolables que ya quisieran para sí algunos dictadores ver mucho porno gay.

a) La «Mafia Consular».

Por lo que se ve, la población humilde y escasa de recursos es la que más padece el comportamiento prepotente y racistoide de algunos funcionarios y funcionarias. El nombre de una de ellas -Maite Montelongo- está en la boca de todos lo mismo que el nombre de su jefe: Hugo Regozo. Por su mentalidad y comportamiento típicamente colonialista, es conocida como «la colonela». Sólo le falta trabajar con el «melongo en mano». Ella es la que corta y guisa -con su compañera María Antonia Mera- el bacalao. Se les ha subido la función a la cabeza. Según muchos guineanos, el complejo tribalista antifang que se respira desde hace años en la Embajada española se debe en gran parte a su trabajo de «comecocos». Y por todo ello ya recibió una sonada paliza de un grupo de mujeres discriminadas. Aficionada al alcohol, es señalada como la subjefa de la conocida como «mafia consular» o «tribu mafiosa».

b) Trato humillante al público

El trato humillante y despectivo al público es una de los defectos de los funcionarios. La gente ya puede llevar más de siete horas haciendo cola -con sol o lluvia- a la espera de acceder al interior de la embajada. Si hay una insignificante discusión, ella y a veces él -no es ella sola- deshacen bruscamente la cola y despiden a la gente con una total falta de educación general básica. Una pequeña discusión o una disputa cualquiera suele ser el pretexto para trabajar un poco menos. Y pretextos encuentran un montón cada día para amargar la vida a la gente que desea viajar legalmente para conocer ese país que los colonizó y que pregonaba que era la «Madre Patria». Cualquier pretexto es bueno para celebraciones. Por ejemplo, en España no se celebra el Corpus en día laborable. Pero los funcionarios -muy devotos ellos- se toman el día de fiesta. El procónsul Hugo Regozo Zapata ni ve ni quiere ver. Le duele la verdad. Sólo responde con insultos a la crítica bien fundamentada. Como en la dictadura: criticar la corrupción y criticar las arbitrariedades es criticar al gran jefe. Atrincherarse en el mal-hacer es un gran error.

Propuesta:

a) Que los partidos políticos españoles promuevan la creación de una comisión que visite Guinea Ecuatorial y recoja las quejas de la población sobre el trato discriminatorio, humillante y vejatorio que reciben en la Embajada.

b) Antes de ponerse a desmentir, el Embajador debe proponerse investigar y a remediar lo que es un hecho innegable que daña la imagen de España.

Corrupcion Burocratica

Cuando hablamos de corrupción, hablamos en este caso de corrupción de los principios democráticos y de actuaciones descontroladas. La Embajada no se rige según las normas del Estado de derecho que imperan en el país que representan. La arbitrariedad es una de sus señas de identidad. La palabra del procónsul es la «ley», una ley con trampa que sólo se aplica a los más débiles. Los derechos constitucionales de cientos de españoles de origen guineano, auténticos españoles de tercera, son pisoteados día tras día. Para estos «dictaleyes» de la Embajada, los españoles de origen guineano no deben recibir la visita de según qué familiares. En la «Constitución» de la Embajada española ellos han escrito: «a todas las jóvenes o jóvenes en edad de riesgo (riesgo de no retorno) se les debe impedir viajar a España a toda costa, sobre todo si son de la etnia fang. Y sus familiares españoles, que se aguanten». Como también han escrito: «Ninguna llamada procedente de España deberá ser atendida. El derecho a la información no podrá ejercerse si los funcionarios están llenos de trabajo».

Propuesta:

a) Que el Ministerio de Asuntos Exteriores fije unos criterios objetivos a los que se atengan los funcionarios a la hora de conceder los visados y los ciudadanos a la hora de solicitarlos. Sacarse de la manga exigencias irrealizables es arbitrario y radicalmente antidemocrático.

b) Antes de ponerse a desmentir, el Embajador debe proponerse investigar y remediar lo que es un hecho innegable que daña la imagen de España.

Los funcionarios de la embajada practican una política auténticamente tribalista y discriminatoria. Es un secreto a voces que sus decisiones arbitrarias perjudican a la población fang, por la que sienten una especial aversión por ser responsables, entre otras, de «la expulsión de los españoles»; esa política beneficia a una determinada etnia isleña, a las que los funcionarios bien conocen por preferirlas como criadas. El hecho de que el régimen dictatorial castigue y discrimine a esta etnia no puede significar que la etnia fang sea represaliada. Estos funcionarios han entrado en un peligroso «¿juego?» que puede tener para ellos mismos consecuencias muy negativas. Se pasean tranquilos en medio de una mayoría de la población que tiene conciencia de ser discriminada y maltratada. La paliza propinada a una de las funcionarias -que debería ser sustituida urgentemente por conflictiva- puede no ser la última. En África, se ha dicho muchas veces, no se puede echar fuego a este tipo de leña. Francia y Bélgica ya cometieron tremendos errores y horrores por políticas nefastas como la que denunciamos abiertamente.

Propuesta:

a) El Ministerio de Asuntos Exteriores debe advertir seriamente a sus funcionarios de que no deben discriminar en razón de adscripciones étnicas.

b) El Ministerio debe sustituir urgente al cónsul Hugo Regozo Zapata y a las funcionarias Maria Teresa Montelongo y María Antonia Mera. Ganarse la benevolencia de los guineanos sin atrincherarse en cuestiones tribalistas deberá ser la tarea prioritaria de los nuevos funcionarios.

c) Antes de ponerse a desmentir, el Embajador debe proponerse investigar y remediar lo que es un hecho innegable que daña la imagen de España.

El Dinero

La política o politiqueo de visados de la Embajada de España es pura cera ante el calor del dinero. En la Embajada española en Malabo y en Bata el dinero derriba ese «Muro de Berlín» inútil que la Unión Europea está construyendo contra la libertad de las personas. El dinero abre todas las puertas. La dureza en esa frontera es pura apariencia: sólo se aplica a enfermos, a gente de a pie sin recursos, a familiares directos de españoles de origen guineano; y simplemente para dar la impresión de que se cumple la política de la Unión Europea. El Ministerio de Asuntos Exteriores puede comprobar, si es que quiere, cómo cientos y cientos de personas entran en España por la puerta de su Embajada en Malabo, y sin apenas cumplir los requisitos. Puede comprobar también cómo a otros cientos, cumpliendo todos los requisitos, se les cierra la puerta. En definitiva, que nadie nos hable de «entrada legal» porque en la Embajada de España en Malabo y en Bata no se juega legalmente. Huele a podrido.

La «Mafia Consular» te abre las puertas de par en par:

– Si eres un pez gordo. Si lo eres, tienes todos los visados que hagan falta. Y hasta te pueden sobrar. Los puedes vender y revender.

– Si puedes pagar una determinada gran suma de dinero. Cualquier periodista que quisiera hacer un trabajo serio de investigación puede descubrir la trama. Es un secreto a voces. Y no basta con negarlo, como seguro que harán sin convicción. El hecho es que la corrupción y el ambiente de falta de respeto de las normas objetivas del Estado de derecho da pie a que funcionarios desalmados y prepotentes se estén enriqueciendo a costa de la población. Lo mismo que con las llamadas «Actas de invitación» se ha generado un negocio por el que se paga hasta 1 millón de Fcfa por Acta, nos consta que en torno a los visados existe un tráfico cuyos beneficiarios no están todos fuera de la Embajada. Se habla de cantidades que no cobran ni las mafias que trafican con emigrantes. Cantidades que ciudadanos de a pie difícilmente pueden reunir. Todas las fuentes hablan de la existencia de una red de jóvenes al servicio de algún o algunos funcionarios corruptos de la Embajada. Ellos serían -son- los encargados de captar a la clientela.

¿Cómo se entiende que los funcionarios discriminen tan abiertamente a solicitantes de visados que están en igualdad de condiciones? ¿Por qué a unos sí y a otros no? ¿Cómo es posible que muchos consigan tan fácilmente visados sin que se les exija lo que a otros se exige -p.e., «ofertas de trabajo»? ¿Por qué es más fácil que los nigerianos, senegaleses, cameruneses, etc. y otros pudientes consigan más fácilmente visados? La respuesta es: DINERO, DINERO Y QUIERO MÁS DINERO. En el corazón de la Embajada existe corrupción nauseabunda alimentada por la «Mafia Consular». Es un secreto a voces. También se sabe que para obtener el tan ansiado visado hay guineanos y sobre todo guineanas dispuestas a reunir la cantidad que sea. Y la reúnen. Sin lugar a dudas, los hombres y mujeres que arriesgan sus vidas en el estrecho para llegar a España después de haber pagado grandes sumas de dinero a las «Mafias del Estrecho» podrían muy bien entrar legalmente en España por la «frontera» de la Embajada de España en Malabo y por las mismas cantidades. La «Mafia Consular» se lo pone muy fácil.
Propuesta:

a) Creación de una comisión independiente que investigue las denuncias sobre la existencia de este tráfico, cese fulminante y expulsión de los funcionarios que hayan introducido tales prácticas.

b) Revisión de todos los expedientes de solicitud de visado y de las razones esgrimidas para su denegación a fin de desvelar las resoluciones basadas en la pura arbitrariedad promovidas por el procónsul Hugo Regozo Zapata, y toleradas por el Embajador.

c) Antes de ponerse a desmentir, el Embajador debe proponerse investigar y remediar lo que es un hecho innegable que daña la imagen de España.

Recomendaciones

1. Que el gobierno español remedie la mala imagen que tiene España en Guinea Ecuatorial a causa de ese «rascatierras» vergonzoso que le sirve de embajada y por una política de cooperación poco edificante, a decir de los españoles residentes, que no entienden el ridículo crónico que están haciendo los sucesivos gobiernos españoles. A pocos metros se hallan las embajadas de Nigeria y de China, por poner dos ejemplos. Al lado de ellos -se lamentan los españoles- «nuestra Embajada se parece más a una ratonera», de donde entran y salen algunos coches oficiales con banderita -pura ostentación- añadiendo más espanto al ridículo.

2. Que el gobierno español ponga orden en la Embajada de Guinea Ecuatorial para que deje de funcionar como lo está haciendo: hasta tendría que aprender del funcionamiento de la administración guineoecuatoriana. Un funcionamiento democrático y más humana constituiría un buen ejemplo pedagógico para los ciudadanos de ese país.

3. Se recomienda la sustitución del personal del consulado por otro más dinámico y creativo así como la revisión de la política de cooperación, siempre criticada pero nunca enmendada. Dado que los españoles residentes en Guinea no se sienten apoyados por sus representantes consulares, que -por lo que se comenta- sólo saben organizar aburridas recepciones mientras Francia trabaja sin pausa para eclipsar -cosa que está consiguiendo- la ineficaz y casi simbólica presencia española.

4. Se recomienda que antes de ponerse a desmentir, el Embajador debe proponerse investigar y remediar lo que es un hecho innegable.

Hay cientos de personas que desean viajar a España a visitar a sus familiares directos -hermanos, hermanas- y a las que la «Mafia Consular» les niega el visado. Otras quieren venir a visitar el país en plan de negocios. Otros quieren aprovecharse del viaje para quedarse, cosa que no es delito, sino ejercicio de un derecho humano fundamental. Todos ellos desean hacerlo por la vía legal. Tenemos noticias de personas que han decidido hacerlo por la otra «vía legal» permitida en la Embajada de España en Malabo y Bata. Seguro que conseguirán el visado. Para otros muchos, la patera es la única solución desesperada que alienta la política del Ministerio de Asuntos Exteriores.

La Plataforma «Españoles de Tercera» está formada por ciudadanos españoles de origen guineoecuatoriano, discriminados en razón de su origen y por el color de su piel, a los que la Embajada en Malabo (Guinea Ecuatorial) impide ejercer un derecho constitucional como es el de recibir la visita de sus familiares jóvenes por razón de su «edad de riesgo» (riesgo de no retorno) y de su adscripción étnica.

Algunos miembros de la plataforma han elevado sus quejas al Defensor del Pueblo y han decidido ya recurrir a los tribunales de justicia para acabar con tanta arbitrariedad que atenta contra sus derechos constitucionales como españoles.

Si te encuentras en la situación de los cientos de españoles de origen guineano damnificados por la política discriminatoria de concesión de visados de la Embajada de España en Malabo, envía tu testimonio a: